Para aprender a investigar investigando

La investigación en la escuela

 

Es común encontrar en las propuestas educativas estatales y no estatales temas relacionados que buscan mejorar la escuela y lo procesos que se dan en ella, partiendo desde la necesidad de repensar el mundo escolar y los roles de los sujetos que participan en ella. Es así como se existen puntos de encuentro entre quienes piensan en la educación y sus transformaciones posibles, y quienes nos dedicamos a ella, en puntos claves como lo son las metodologías y estrategias de enseñanza, el papel del estudiante en el aprendizaje, el uso de recursos y medios didácticos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, la evaluación integral de los estudiantes, y mas recientemente, en la forma como se construye y reconstruye el conocimiento en la escuela.

 

Las diferentes corrientes pedagógicas y didácticas contemporáneas señalan la necesidad de transformar la escuela en una institución que forma al individuo en  valores sociales, científicos y éticos, desde procesos que incorporan la autonomía del alumno en el aprendizaje y la evaluación, un maestro que sirve de mediador entre el aprendizaje y el conocimiento, que crea y diseña ambientes de aprendizaje que desarrollan el pensamiento, la creatividad, la intuición, el trabajo colaborativo, etc.

 

Para alcanzar dichos cambios es necesario que los maestros reflexionemos sobre nuestra práctica, y tomemos decisiones sobre las acciones que debemos realizar para mejorar la forma como enseñamos, evaluamos e intervenimos en el aprendizaje del estudiante.

 

Implementar la investigación en la escuela como metodología de enseñanza y aprendizaje se muestra como una estrategia fundamental para alcanzar los cambios y transformaciones que requiere la escuela, y varias son las razones, las cuales trataremos de exponer aquí, siendo conscientes de que no es el único camino posible, pero que si está al alcance y posibilidad de todos. Este tipo de investigación no hace referencia a investigación básica o aplicada, es más bien una investigación pensada como proceso, conducción o transito de los problemas del quehacer cotidiano del estudiante hasta el planteamiento de los mismos alcanzando formulaciones teóricas y conceptuales de una disciplina dada.

 

Formar en investigación es ubicar al estudiante en el centro del acto educativo. Si deseamos personas competentes no se pueden formar desde la imposición y la transmisión unilateral del conocimiento. El aula debe convertirse en el recinto para la reflexión y construcción participativa de conocimiento, superando la clásica exposición magistral y el aprendizaje memorístico ya habitual y propio de la escuela caracterizada por el modelo tradicional.

Debemos hacer de la enseñanza un proceso dinámico y del aprendizaje un proceso autónomo, entender el conocimiento como un producto social y cultural que adquiere sentido en el momento en que se comparte, se valora y es utilizado para resolver problemas de nuestra cotidianidad. El avance progresivo del conocimiento deja ver que el mismo tiene las características de ser continuo e infinito. Es así como el resultado de la investigación y la respuesta que se da a un determinado interrogante generan un sin numero de interrogantes que dan lugar a nuevas investigaciones.

 

Sin investigación no hay campo de conocimiento, hay tradición, rutina, copia, reproducción, dependencia y estatismo. La educación y la enseñanza, como practicas sociales imprescindibles para el progreso de la humanidad, requiere por un lado, un proceso de investigación constante y por otro lado, que el conocimiento generado sea analizado y compartido mediante la formación de sus protagonistas activos.

Lo que se quiere lograr a través de la investigación como metodología de enseñanza es formar para una actitud investigativa, como disposición indagadora frente al conocimiento, que le permita al estudiante desarrollar la capacidad para conocer y asombrarse ante lo real; formar para que el estudiante sea capas de aprender autónomamente, autoformarse desde la disciplina y la responsabilidad consigo mismo; y potenciar el desarrollo de sus habilidades del pensamiento.

 

Asimismo, debemos señalar que a nivel metodológico, la investigación es entendida de una manera amplia, dando cabida a un sinnúmero de técnicas, estrategias y metodologías de investigación. Es decir una visión holística de la investigación que nos permite emplear diferentes métodos para planear, desarrollar y presentar los resultados de nuestras investigaciones. Una actividad abierta y libre que da cabida a nuevas formas de conocer.

 

Implementar la investigación como metodología de enseñanza y aprendizaje es un reto que estamos asumiendo, y que se convierte en un trabajo sencillo pero productivo que solo requiere compromiso por parte de los agentes que actúan en el, que inicia en la pregunta, en la duda y termina en la producción de conocimiento, desarrollo del pensamiento y la cualificación de la enseñanza, el aprendizaje y por ende la educación

 

Con la investigación se crea y se recrea el conocimiento

 

El deseo de conocer es inherente a la condición humana, sin pregunta no hay conocimiento, es la curiosidad la que nos mueve hacia el conocimiento. La pregunta crea la cultura, todo conocimiento construido y transmitido como valor social y cultural a través de un código simbólico y lingüístico es producto de una pregunta.

Todo conocimiento nuevo que se adquieres se construye a partir de preguntas que se plantean para resolver los problemas y de las hipótesis que se formulen para su solución.

 

La escuela se dedica a enseñar las construcciones culturales de la humanidad a los nuevos individuos de la sociedad, y lo ha hecho utilizando métodos transmisionistas, reduccionistas y memorísticos, alejados de la realidad del estudiante, descontextualizados y faltos de correspondencia entre la teoría y la practica. Este acercamiento al conocimiento sin una problematización previa, sin interrogante, han hecho del conocimiento algo carente de sentido y significado, al carecer de deseo, de necesidad de su aprehensión, se ha vuelto innecesario.

 

Ante este panorama, pensar en investigación en el aula significa partir de dudas e interrogantes que surgen de la cotidianidad de los estudiantes y del conocimiento mismo. Estas dudas deben ser también engendradas por el maestro, quien debe propiciar espacios para escuchar y analizar los interrogantes de sus estudiantes. Cualquier duda o interrogante por pequeño que parezca, puede ser el inicio de una fascínate exploración y la apertura a un universo de conocimiento desconocido por los estudiantes, y también por el maestro.

 

A partir de las preguntas que surgen y se sucinta en clase, el alumno en compañía de su maestro inician el viaje de la búsqueda de información en diferentes fuente que les permitan explicar y comprender la realidad por la que se están preguntando, de tal forma que el conocimiento adquirido es nuevo para el alumno, y convertido en aprendizaje se recrea constantemente.

De igual forma, hay que reconocer que esta construcción social del conocimiento sigue la lógica implícita que lo guía en toda la humanidad, por lo que adquiere sentido al ser compartido y reconstruido en un colectivo, y en una institución civilizadora como lo es la escuela.

A partir de las preguntas los estudiantes se acercan al conocimiento como algo nuevo; individual y colectivamente es valorado porque sirve para solucionar sus problemas y responder sus preguntas. Deja de ser entendido como un cumulo de información fría, estática e inerte que poco o nada tiene que ver con ellos. De esta manera, a través de la indagación constate es que el conocimiento es reconstruido y construido por los estudiantes en el proceso mismo de su producción.

 

Se plantea entonces que la problematización del conocimiento es el punto departida para tres procesos fundamentales en la educación: la investigación, la enseñanza y el aprendizaje. Con las preguntas se inicia los procesos investigativos, se dinamiza la enseñanza y se consolida el aprendizaje.

 

Es fundamental aclarar que la investigación como metodología de enseñanza y aprendizaje en el aula, no se trata de una investigación en el sentido estricto como investigación científica, sino como una actividad que genera conocimiento nuevo para el que aprende, también como investigación formativa. Siguiendo a Bernardo Restrepo, “la investigación formativa se realiza con el ánimo de formar en y para la investigación a través de actividades que no hacen parte necesariamente de un proyecto concreto. Su intención es familiarizar con la investigación, son su naturaleza como búsqueda, con sus fases y funcionamiento”. Según esta acepción se trata de formar al estudiante, no dar forma a un proyecto de investigación.  La función implícita en esta acepción es la de aprender la lógica y actividades propias de la investigación científica.

 

La investigación desarrolla el pensamiento

 

Uno de de los grandes retos de la educación es la desarrollar los procesos cognitivos y potenciar el uso de las habilidades del pensamiento, lo que permitiría pasar de un reduccionismo academicista y conceptual de la enseñanza tradicional, a un enfoque mas abierto que propone el desarrollo del pensamiento y la inteligencia.

 

Como lo hemos presentado, la actividad investigativa desarrolla las habilidades del pensamiento, el pensamiento creativo y el pensamiento científico de los estudiantes.

 

En el trabajo investigativo se vinculan todos los procesos cognitivos, la atención, la percepción, la memoria y el lenguaje. Siendo fundamentales en el desarrollo y aprendizaje humano. De igual forma, la actividad investigativa exige vincular diferentes habilidades del pensamiento como la observación, la descripción la comparación, el ordenamiento y la seriación, la clasificación, la representación, la interpretación, la transferencia, la inferencia, la deducción, la inducción y la evaluación. Dichas operaciones se hacen presentes en el momento de plantear problemas, formular preguntas, dudas e inquietudes, en la formulación de hipótesis, en la búsqueda, procesamiento, análisis y presentación de la información.

 

Todas estas habilidades del pensamiento enriquecen y fortalecen el aprendizaje, al vincular mayor cantidad de áreas del cerebro desarrolla la inteligencia de los estudiantes, dejando a un lado la visión tradicional que vinculaba a la memoria como el único proceso cognitivo a desarrollar a través de la repetición.

 

Margarita Garrido afirma que “la habilidad para formular preguntas es la principal” que debe desarrollar un estudiante, y añade que el pensamiento científico, ”implica habilidades para observar, analizar, relacionar lo concreto y lo abstracto, y comprender y sintetizar”. Así mismo considera que “una habilidad muy importante es la de trabajar desde distintas representaciones de la realidad, distintos lenguajes y distintos puntos de vista. Las habilidades para trabajar en equipo, argumentar, plantear disensos y construir consensos, y evitar la reducción de los problemas a una sola dimensión especializada del conocimiento.”

Esto nos muestra la valoración que tiene la investigación y el aporte que hace a la educación vinculando nuevas metodologías y formas de enseñar y aprender.

 

Es así como lo entiende la propuesta del MEN “una de las metas fundamentales de la formación en ciencias es procurar que los y las estudiantes se aproximen progresivamente al conocimiento científico, tomando como punto de partida su conocimiento “natural” del mundo y fomentando en ellos una postura crítica que responda a un proceso de análisis y reflexión. La adquisición de unas metodologías basadas en el cuestionamiento científico, en el reconocimiento de las propias limitaciones, en el juicio crítico y razonado favorece la construcción de nuevas comprensiones, la identificación de problemas y la correspondiente búsqueda de alternativas de solución”. Y desde esta visión también se reconoce el aporte al desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo en el estudiante en la búsqueda de una mejor sociedad.

 

La investigación exige que el estudiante vaya mas allá de la información dada, aprenda a argumentar y contraargumentar, y desarrolle su pensamiento creativo.

Sobre esto ultimo, Jorge Orlando Melo señala la importancia de que el alumno pueda “desarrollar la capacidad de razonar, argumentar, hablar con claridad y precisión, distinguir los argumentos válidos de los sofismas, de los argumentos personales, de los recursos retóricos efectistas, de las palabras grandiosas; disciplinarse para observar y registrar las observaciones de la realidad sin sesgos ni prejuicios y en forma ordenada; ser capaz de abstraer los elementos críticos de un proceso y definir con precisión los problemas, de evaluar cómo se resuelven los problemas y cómo se comprueban las posibles explicaciones, y de proponer y buscar explicaciones sin prejuicios.”

 

Queda claro que la investigación en el aula permite aprovechar y promover las capacidades y habilidades intelectuales de los estudiantes, haciendo que mejoren sus procesos intelectuales y cognoscitivos.

 

 

Con la investigación se dinamiza la enseñanza y se fortalece el aprendizaje autónomo

 

Como hemos visto con la investigación los roles tradicionales del maestro y el estudiante cambian, pues el primero deja de ser un informador para convertirse en un mediador y problematizador, y el segundo deja de ser un receptor pasivo a un investigador.

El aprendizaje es el producto obtenido en el procesos de construcción y reconstrucción del conocimiento hecho por el estudiante, deja de ser un conocimiento frio y estático para convertirse en algo vivo y dinámico.

La enseñanza pasa a ser el diseño de ambientes de aprendizaje, a la mediación entre el conocimiento y el aprendizaje, entre la pregunta y el camino para construir su respuesta. Es así como la capacidad para enseñar del maestro no se fundamenta en la cantidad de conocimiento acumulado, sino en la habilidad para despertar interés y curiosidad en los estudiantes, en su compañía al estudiante en el proceso implementación de diferentes estrategias y técnicas para obtener, analizar, procesar y presentar  información.

Es así como la enseñanza está determinada por la pregunta, la duda, la comparación como principios propios del ser humano, que cobran vida en la escuela.

Con una enseñanza que reivindica al maestro como un posibilitador de aprendizajes autónomos en el estudiante se está abriendo un espacio para la creatividad, la reflexión, el debate, la imaginación, la subjetividad y la racionalidad científica.

 

Para Moisés Wasserman “el maestro debe dejar de ser alguien que proporciona respuestas, para empezar a ser quien estimula preguntas. Es más importante mostrarles a los estudiantes los procesos por los cuáles se llegó a un conocimiento, que resumirles las conclusiones. Debe estimular la autonomía en el aprendizaje y la apropiación del conocimiento.”

Así mismo Eduardo Posada sostiene que “la metodología para la investigación se aprende investigando y, por lo tanto, los maestros deben centrarse en el desarrollo de proyectos de investigación en los cuales esté claramente involucrada la metodología científica. Una tarea básica debe ser el desarrollo de la curiosidad, la creatividad y la confianza de los estudiantes en sí mismos. Dentro de ese marco es muy importante dar la oportunidad a los alumnos de fabricar objetos concretos o de llevar a cabo proyectos que produzcan resultados definidos.”

 

El maestro tiene un gran papel en desarrollo del pensamiento y en la obtención de aprendizajes en el alumno, pues se busca que el estudiante desarrolle su autonomía para aprender a través de la lógica que guía la actividad investigativa, es decir, que sea quien formula sus propias preguntas, plantea hipótesis, diseña y ejecuta planes de trabajo y presenta resultados. Todo esto alcanzado con la compañía del maestro. Se pretende además, que el estudiante solucione sus propios vacios de conocimiento utilizando otras fuentes de información no convencionales, sea reflexivo y propositivo ante los problemas que lo afectan y afectan a la sociedad. Así mismo, el estudiante es capaz de enfocarse en aquellos aspectos que son de su interés particular, y que el maestro atiende como forma de integrarse a los asuntos prácticos y significativos que debe tener la educación. El aprendizaje se convierte en la construcción del conocimiento.

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